A veces se intenta definir lo que es una aplicación empresarial a partir de criterios como el tamaño y la complejidad de la aplicación, pero en esencia una aplicación empresarial es aquella destinada a resolver las necesidades internas de una empresa u organización, en vez de las de personas aisladas.
Por lo tanto, la mayor prioridad en las aplicaciones empresariales o enterprise es apegarse estrictamente a la lógica de negocio de la empresa, es decir, de acuerdo a cómo funcione la empresa deberán establecerse las reglas de cómo manejar sus datos: quién puede ver, quién modificar, cuándo se permite borrar algún registro o crear alguno nuevo, qué dependencias existen entre los distintos tipos de datos, etc.
Otra característica importante, es que generalmente las empresas de tamaño mediano y grande están organizadas por departamentos o áreas, y con frecuencia crear una plataforma gigantesca que resuelva las necesidades de todas las distintas áreas no es lo más óptimo, sino que resulta preferible desarrollar distintas aplicaciones o plataformas que compartirán cierta información y recursos entre sí. Esto implica que las diferentes aplicaciones que se desarrollen para la empresa deben convivir armónicamente y complementarse entre sí, formando lo que en informática se conoce como ecosistema.
Una o muchas herramientas, un objetivo común
El ecosistema de software de una empresa u organización —que tiene como propósito último el ayudarle a realizar sus actividades de forma más efectiva, así como lograr cosas que sin las herramientas informáticas adecuadas resultarían imposibles— muchas veces está a cargo de un equipo de desarrollo dentro de la propia empresa, pero cada vez es más común que se contraten proveedores especializados para desarrollar estas herramientas.
Cuando son varios los proveedores desarrollando aplicaciones para la misma empresa, el trabajo de integración es otro aspecto muy importante, para garantizar siempre la integridad de los datos y el apego a la ya mencionada lógica de negocio. También es importante manejar convenciones generales, que ayuden a los usuarios a que el conocimiento adquirido en cualquiera de las aplicaciones sea transferible, en la medida de lo posible, a otras aplicaciones del ecosistema del software empresarial.
Por último, no podemos dejar afuera la importancia de crear un buen flujo de trabajo también con el software o aplicaciones que no fueron desarrollados específicamente para la empresa, y que sin embargo también ayudan a satisfacer las necesidades de la misma, como pueden ser Word, Excell, Dropbox, Trello y G Suite entre muchos otros.