En este 2024 estamos viviendo un gran momento para el desarrollo No Code y Low Code, un momento de profunda transformación de la industria del desarrollo de software y de aplicaciones web y móvil. Hoy vengo a contarte por qué lo veo así.
El concepto No Code, junto con la promesa de poder crear productos digitales (páginas web, apps, juegos, etc.) de manera visual y sin necesidad de escribir código ya lleva tiempo con nosotros. Sin embargo, hasta hace poco los resultados que podían conseguirse con este tipo de herramientas eran bastante limitados, poco escalables y poco optimizados. Hasta la fecha la gran mayoría de la información disponible en internet sobre el desarrollo sin código apunta hacia esa definición, pero la realidad de las posibilidades y calidad de resultados que se pueden lograr con herramientas No Code y Low Code está cambiando rápida y sustancialmente.
Por supuesto que una parte muy importante de la revolución del No Code es la democratización de la tecnología pues la creación de una diversidad de productos digitales ha ido dejando de ser campo exclusivo de las personas con perfiles técnicos y con formación como programadores. Esto es un hecho, y es algo bueno en el sentido de que abre un montón de posibilidades, sobre todo para los negocios pequeños y medianos. Pero el potencial del No Code está muy lejos de quedarse ahí.
Pero hay otra parte igualmente relevante de la revolución del No Code y Low Code y de la cual se habla un poco menos: me refiero a la manera como, en un gran número de casos, este tipo de tecnologías pueden optimizar los procesos de desarrollo de aplicaciones y otras soluciones a la medida que sí requieran del servicio de un profesional o de una agencia especializada. Estamos hablando de una serie de beneficios potenciales, como reducir tiempos y costos de desarrollo, facilitar iteraciones o lanzamiento de nuevas versiones, y hacer pruebas de concepto con menor esfuerzo.
Dependiendo sobre todo de la complejidad de la aplicación o solución que se quiera desarrollar, así como a las exigencias respecto a la calidad del producto terminado, para muchos proyectos resulta indispensable contar con el trabajo de personas con conocimientos y experiencia en el diseño, desarrollo, depuración y mantenimiento de aplicaciones entre otros productos digitales, así como un dominio avanzado de las herramientas más adecuadas para hacer el trabajo.
Por supuesto que muchos profesionales en el desarrollo de software no están por ahora en el canal de adoptar y aprender estas nuevas tecnologías y procesos que se envuelven dentro de las etiquetas No Code y Low Code (además de que también hay proyectos en los que el desarrollo con programación tradicional sigue siendo la opción más conveniente), pero existe también un grupo importante de desarrolladores que sí estamos incorporando estas nuevas maneras de desarrollar y que vamos impulsando esta transformación en la industria.
Así que, adentrándome un poquito más en este tema de “la cara seria” o más profesional del No Code quiero mencionar dos plataformas que ameritan mención especial, pues además de que ya son plataformas muy maduras, con poco más de una década dando sus servicios y mejorando constantemente sus prestaciones, también se distinguen por ser herramientas que dan un gran poder a sus usuarios y que en los aspectos de flexibilidad, rendimiento y escalabilidad se colocan en un nivel muy distinto respecto a otras plataformas que están orientadas sobre todo hacia usuarios más inexpertos, me refiero a Webflow y a Bubble.io
Webflow, para la creación de sitios web, es una plataforma que permite construir sitios web completamente a la medida, de muy alta calidad, llamativos, y con excelente desempeño, de una manera más eficiente que con programación tradicional. Si quieres conocer maś sobre lo que hace especial a Webflow te recomiendo este artículo. Por su parte Bubble.io permite la creación de todo tipo de aplicaciones web, igualmente reduciendo la complejidad y los tiempos de desarrollo y si bien no es tan escalable como otras plataformas que han aparecido posteriormente, Bubble se ha ganado un lugar preponderante entre las herramientas No Code por haber sido la primera que abrió notablemente las posibilidades de lo que podía llegar a hacerse sin necesidad de escribir código.
Este tipo de plataformas, sin embargo, sí que tienen una curva de aprendizaje y requieren de un cierto grado de especialización, por lo que no son las mejores opciones para que alguien sin experiencia empiece a desarrollar, a menos que esté dispuesto a invertir una buena cantidad de tiempo para aprenderlas.
En los últimos años, y sobre todo a partir del 2022, han ido saliendo al mercado muchas nuevas y aún más potentes opciones para hacer desarrollo “de verdad” mediante herramientas No Code y Low Code (por ejemplo Flutterflow, WeWeb, Supabase, Airtable y Toddle.dev, entre muchas otras). Estas herramientas han alcanzado un grado de madurez que, para una amplia gama de proyectos, permiten resultados de gran calidad en menos tiempo, con menor costo y menor riesgo financiero, con menos complicaciones de mantenimiento, menos vulnerabilidades de seguridad y más facilidad para probar ideas respecto al desarrollo tradicional.
En este artículo he utilizado casi indistintamente los términos No Code y Low Code, por lo que creo que llegó el momento de explicar la diferencia. El desarrollo No Code es básicamente poder crear productos digitales sin necesidad de escribir código, es decir, sin necesidad de “programar” (en el sentido más convencional de la palabra). Por su parte, el concepto Low Code se aplica cuando la herramienta permite combinar el desarrollo sin código con pequeñas porciones de código, lo que abre muchas posibilidades adicionales.
Para cerrar, quiero hacerlo con una reflexión sobre lo que es programar. Tradicionalmente el concepto de programación lo hemos visto muy de la mano con escribir líneas de código, pero esto no siempre ha sido así. Si nos vamos a lo más esencial, programar es darle a un sistema de cómputo una serie de instrucciones, de manera lo suficientemente detallada y precisa, como para que dicho sistema nos devuelva un software, aplicación o solución digital que satisfaga los requerimientos. Así que si bien No Code significa “sin código”, no significa “sin programar” ni tampoco “sin conocimientos”, más bien son nuevas manera de programar, en entornos más visuales e integrados y por supuesto, reduciendo la complejidad del proceso.
Desde que comenzó la programación, cada vez utilizamos lenguajes de más alto nivel. Un lenguaje de alto nivel es aquel que (en contraste con los lenguajes de bajo nivel como el lenguaje ensamblador) se acerca más a la forma como funciona el cerebro humano. En este tipo de lenguajes, por lo tanto, el programador no necesita pensar tanto (o en absoluto) en la forma como funciona una computadora. Entonces, tanto la programación asistida con inteligencia artificial como la programación visual en las plataformas de No Code no hacen más que continuar esta tendencia. Y como siempre ha sucedido, los lenguajes de más bajo nivel no desaparecen, solo se reduce su demanda pues se reduce el área de aplicación en la que hay un beneficio real por utilizarlos.
Les quiero compartir dos pequeños ejemplos que desarrollé como parte de mi propio proceso de aprendizaje de algunas de las herramientas de desarrollo sin código y a la vez como sencillas demostraciones de sus posibilidades.
Si quieres hacer realidad alguna solución compleja que tienes en mente, o recibir una propuesta de cómo solucionar alguna necesidad específica que tenga tu negocio, podría ser momento de contratar servicios profesionales de desarrollo sin código.
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